DIA BIANCONERO

Hace rato que venimos diciendo que la Juventus es menos competitiva que los otros candidatos, porque su plantel es más corto y menos importante, porque hay un nuevo entrenador y el juego debe armarse. Sin embargo, la Vieja Señora entrega corazón, espíritu indomable y una mentalidad ganadora que está en su misma genética y, con esos argumentos, se mantiene a flote y sigue soñando con el batacazo histórico (nunca un recién ascendido salió campeón en Italia).
Claro que los argumentos técnicos son necesarios: por eso, cuando Trezeguet estuvo dos fechas sin anotar, la Juve no fue más allá del empate, y fue justamente el franco-argentino quien destrabó el resultado ante el Palermo (un golazo, media vuelta de espaldas al arco y casi cayéndose al piso).
Luego todo fue más fácil y el viejo zorro Ranieri, cuando a comienzo de complemento vio que los suyos aflojaban un poco, sacó del banco a dos "enojados" como Del Piero y Marchionni, para aprovechar sus ganas de revancha y de llevarse el mundo por delante.
Nadie puede sorprenderse, entonces, que fuesen ellos dos los encargados de sellar la goleada, con Del Piero quien anotó un doblete y dio la asistencia para el tanto de Marchionni.